Después de un desagradable problema técnico Inventario regresa a la red.
Algunas veces me ha pasado que encuentro en los libros ciertos textos que me habría gustado escribir. Con los clásicos me ocurre todo el tiempo. Pero no sólo con los clásicos. Puede sucederme, incluso, con libros poco conocidos, con autores muy jóvenes (como en el caso de John Better, 1980). Lean estos bellos poemas y díganme si a ustedes también no les habría gustado escribirlos. Pertenecen al libro China White y los leí por primera vez hace más de 10 años. Entonces me fascinaron, hoy me fascinan. Lo que no comprendo es cómo es posible que no hayan encontrado un editor en Colombia.
MAHARI
Yo sí te recuerdo
Así de simple como eso de recordar quién eras
Como eso de saberte con el amanecer
Yo si te recuerdo
Eras el pan y la sábila guardando el misterio tras las puertas
Sí, eras de pan y mineral blando
Ahora que recuerdo bien
Y me acomodo algunos años
Algunos cirios encendidos
Algunas copas a medida
Ahora viejo y de espaldas a la sombra
Adjunto también la torpeza
Y es que los años nunca vienen solos
Suelen acompañarlos esas raras tibiezas sin nombre
Esa pasividad que sólo da el tiempo y los ayunos
Cuando el hambre alcanza los platos vacíos y se sirve.
POEMA DEL POR QUÉ DE LAS COSAS
Por qué
Por qué este árbol que tengo enfrente no me dice nada
Por qué no me habla o le salen ojos
Grandes ojos que me miren
O se echen a llorar un rato
O por qué la casa, las cosas (los cuadros, los cuchillos, la mesa) no atentan
un día de estos contra mí y me matan
Es que soy tan bueno?
Es que sólo el cigarro, la cafeína, el alcohol o tu desamor se adjudicarán la
lenta y fatal caída de este cuerpo enfermo?
En vano me levanto cada mañana
Preparo el café (bebo el café)
Apoyo los codos en la mesa, maltratando las flores dibujadas del mantel
Las moscas vuelan en círculo y comen del polen regado por mi descuido
Sin duda alguna esta es mi casa
Este es mi velorio y mi ruina.
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CHINA WHITE
Mother Mary China White
Tori Amos
El árbol es una lámpara
Un viejo relato de bosques y laderas cercadas de crucifijos
Los criminales son reptiles
Que trepan al árbol en busca de cubos de azúcar
Almendra alcanza un poco de pan y lo moja en la miel
Que es más dulce que la sangre
Una sonrisa empaña el espejo diamante
El curso del tiempo cabe en el nudo de una cuerda
El árbol es una lámpara
Una piedra en el vórtice
Una mano que escarba las zanjas abiertas de otra mano.
Barranquilla (1980). Es autor del libro Locas de Felicidad, 2009.